Laverne

Cada uno es como es y bastante desgracia tiene...

miércoles, mayo 21, 2003

" I saw that pregnant girl today, she didn't know that it was dead inside..."

Me he fijado (vale, me ha costado un año entero, pero lo he logrado) en que cada vez que vuelvo del instituto me encuentro con la misma gente. Cuando salgo, no sé ni a quién veo, porque todo está lleno de niños de E.S.O., de esos de 12 años (de esos que cuando ves, recuerdas que tú no eras tan bajito a los 12 años). En el camino que seguía antes, encontraba siempre, no había fallo, a una señora muy maquillada y llena de abalorios baratos, que lleva una correa que desemboca en un perro escuchimizado y asqueroso, de esos que parecen oler mal a 100 km a la redonda. En el semáforo, siempre me encuentro con el profesor de inglés, que sigue mi mismo camino hasta donde empieza más o menos Conxo, que es el camino que he de tomar yo. Cuando llego más o menos a casa de Alba, me encuentro siempre con un tipo bajito y rubio, que siempre lleva la misma camiseta de Iron Maiden. Después de pasar la casa de Alba, llego hasta una boutique de señora repipi, que está justo al lado de un portal donde SIEMPRE están 4 personas: dos tipos y dos tías hablando animadamente. Éstos, o están en el portal, o están en las escaleras de Rosalía de Castro hablando también animadamente (mejor dicho, a pleno pulmón). Me llama la atención uno especialmente, uno que debe medir metro y medio exagerando mucho. Tiene una boca como un buzón de correos de los amarillos, y es el que más grita. Nunca había visto una boca tan tremendamente grande en la cara de un hombre. Tan grande que casi anula el resto de su cara, no tiene apenas ojos. Sólo boca. Es una maldita pesadilla de persona. Sigo caminando, intentando borrar de mi mente y sacarme de la nuca los labios de aquella boca gigantesca en un cuerpo tan diminuto, y me encuentro con un tipo bastante feo. No es que sea feo en sí; tiene los ojos azules, es bajito y muy pijo. Pero tiene algo en su cara... no sé. Es una de esas caras que parecen estar deformadas por un puñetazo en uno de los lados. Parece de plastilina. Siempre que veo a este personaje (porque es un personaje) pienso en X. y cómo se tomará lo de ser feo/a. Y me pregunto qué pensará sobre sí mismo el tipo con el que me encuentro (no sólo por tener una cara tan rara, sino también porque parece caminar por la vida con una seguridad fuera de lo normal). Pero evidentemente no me voy a parar a preguntarselo, así que sigo caminando y llego al semáforo de Conxo (ese en el que, cruces donde cruces, esté en el color que esté el semáforo, siempre te da la impresión de que te van a atropellar por algún lado) . Y ahora viene lo mejor: caminando por la cuesta hacia mi casa, siempre, todos los días, veo a un señor. Un señor de unos... 70 años, con gorra de publicidad, un chuvasquero amarillo y el bastón. Y siempre SIEMPRE se para ante el parque que están construyendo, apoya una mano en la pared y se pone a mear. Y mira a ambos lados, como si estuviese teniendo cuidado de que nadie le viese hacer pis (cuando en realidad, toda la calle se asombra del descaro del señor). Porque normalmente, los tíos mean en callejones, en lugares más o menos discretos, detrás de un seto quizás. Pero en una "prácticamenteexplanada" nadie mea. También me encuentro siempre con una niña que es igualita que la hermana de Neckro y con una señora que parece que lleva un palo en el culo, de lo estiradamente tiesa que va. (A. la vio el otro día y corroboró mis descripciones).

Acabo de recordar una cosa: cuando vivía en A Estrada, uno de los pisos en los que estuve, estaba rodeado de campo por todas partes. De modo que un domingo por la mañana (día del Señor) me asomé toda tranquila por la ventana y ví a una mujer gordísima cagando en el campillo. Y lo peor es que no dejé de mirar y ella no se limpió. Y recuerdo que cuando era pequeña vi a una señora limpiandole el culo con un rollo de papel higiénico (bueno, un trozo, no con el rollo entero) el culo de su perrito, que por supuesto, iba "vestido".

Esta noche he soñado. Mucho. Soñé que A.S. (un chaval de mi clase del que apenas sé nada, sólo que se sienta detrás de mi) estaba con Phalbix y conmigo en un bar. Pedía a las 10 de la mañana una copa de algo que nada más se bebía, morías (prácticamente era así. Quizás había que tener mucho aguante, no sé). Así que A.S. se hacía el chulo y se lo bebía de un trago. Y se moría, claro. La imagen era muy parecida a la de Pulp Fiction, en la que Vincent Vega lleva a rastras por todas partes a Uma. A.S. acababa muriendo, de modo que yo lloraba "porque había que hacerlo". Y sin embargo Alba no lo hacía, sino que chateaba tranquilamente, mientras yo me cagaba en todo. Mañana veré a A.S. A ver cómo se le ve...

Como el bebé N. requiere toda mi atención, volveré cuando tenga otras estupideces que contar.

... hoy no se me ocurre nada