Laverne

Cada uno es como es y bastante desgracia tiene...

sábado, mayo 17, 2003

"No encuentro palabras para decirlo..."

No encuentro palabras para decirlo y a veces siento que el pensamiento es un idioma de signos tan sin sentido...

Me siento sumamente extraña. Siempre que me quedo sola, al ordenador, escuchando música en la inmensidad de la noche comienzo a extrañar una época feliz que nunca existió. Es una sensación extrañísima y profundamente dolorosa. Porque siento que estoy vacía, que el "ahora" no existe, que sólo existió un pasado del que ni siquiera formé parte. Cada vez que me entristezco el mundo es gris y azul oscuro, y yo muy blanca. Y cada palabra de cada canción que haya escuchado me da ganas de llorar, y cada carta que he recibido, cada abrazo y cada mirada me dan ganas de morir, porque todo eso es pasado y ahora no tengo nada...

Es algo muy extraño, siento que todo el mundo me abandona, me deja sola, pero tampoco soy capaz de imaginar al mundo. El presente es sólo mi habitación y yo en ella. Y afuera llueve y me levanto y me siento en el alféizar de una ventana altísima. Veo como las gotas de lluvia caen sobre el suelo, allá abajo. La luz de las farolas iluminan los charcos y los contenedores de basura ya están limpios. Y un gato cruza la calle para perderse por la izquierda. Veo mis pies colgando, suspendidos en el aire. Y de pronto, cierro los ojos, respiro hondamente y me lanzo de cabeza al vacío... Y puedo ver, todavía desde aquí arriba, desde mi ventana, mi cuerpo allá abajo, mojado por la lluvia. Y estiro una mano para poder tocarme, pero la imagen se desvanece y sólo deja paso a la oscuridad.

Hoy he vuelto a soñar con mi abuela. Desde que murió vaga constantemente por mis sueños, y siempre está molestándome o algo así. Siempre sabemos que ella estaba muerta, y sencillamente vuelve de pronto. Nadie se extraña de que haya vuelto. Esta vez yo estaba en una sala pequeña viendo un documental sobre The Cure cuando ella irrumpe vestida con el mismo camisón con el que murió (como en cada sueño) y empieza a hablar conmigo, de modo que le pido que por favor se calle unos segundos que quiero ver el documental. Ella sigue hablándome y sé que lo hace para molestarme, sabe que quiero escuchar ese documental, y a ella le da lo mismo, sigue hablando. Después se va y suceden otras cosas ajenas a mi abuela. Más tarde me encuentro en una calle con mi madre y me dice que qué le he hecho a mi abuela, que está toda ofendida. Le explico que yo no le he hecho nada, que ella estuvo molestándome a propósito cuando quería ver el documental, y mi madre me responde que mi abuela le había dicho que yo la había tratado muy muy mal. Total, que mi madre me comprende y me da la razón: mi abuela siempre hace lo mismo buscando ser el centro de atención. Así era en realidad mi abuela.


Siempre es la misma función, el mismo espectador, el mismo teatro en el que tantas veces actuó...
No has de tener miedo, porque sabes que ellos siempre estarán allí...