Laverne

Cada uno es como es y bastante desgracia tiene...

viernes, junio 13, 2003

"I sense there's something in the wind, that feels like tragedy's at hand. Although I'd like to stand by him, can't shake this feeling that I have.

The worst is just around the bend and does he notice my feelings for him and will he see how much he means to me, I think it's not to be.

What will become of my dear friend? Where will his actions lead us then? Although I'd like to join the crowd in their enthusiastic cloud.

Try as I may it doesn't last, and will we ever end up together? No, I think not, it's never to become for I am not the one."




Había un joven durmiendo a las afueras del bosque, vestido como Link (Zelda), descansando sobre un monte de hierba con la espada ceñida a la cintura. De pronto, alguien le besa la frente y él abre los ojos. Ve una cara pálida y sonriendo en frente de la suya. Sus ojos son de un azul intenso y sus labios, sonrosados y brillantes. Igual de brillantes que su sonrisa. Era realmente preciosa.

Se levanta como erguido por la atracción que le produce aquel ser. Ella corre delante de él, incitandole a que le siga. La luna llena brilla en lo alto, de un color verde-azulado. Como el color que intenta transmitir García Lorca en el Romancero gitano: un color verde, que todo lo impregna y transmite la muerte... Después del bosque viene una llanura inmensa, perfecta, y en el suelo hierba fresca. Y el satélite la alumbra a ella más que nunca, mientras corre delante de él. Su cuerpo es pálido, blanco, casi transparente. Su palidez se acentúa con el brillo de la luna. Es lo más blanco de toda la escena. Más que la propia Catalina. Su largo cabello castaño claro se entrelaza entre su cuerpo, entre sus brazos y sus manos, y por momentos recubre su pecho, mientras sigue corriendo y éste se agita en el aire. Sonríe y no dice nada, porque sabe que él la entiende. Su cuerpo desnudo lo dice todo. De vez en cuando se da la vuelta para animarle a que la persiga. Y así recorren mitad de la llanura; ella, desnuda e incitandole a él, agotado, que se abalance sobre su cuerpo.

De pronto, se detiene y deja que él la alcance y la tire al suelo. Se queda tumbada sobre la hierba y él se queda observándola. Primero los pies, que se mezclaban con la hierba. Después las contorneadas y suaves piernas... Luego el pubis, el vientre, los pechos... Hasta llegar a su rostro, que tenía los ojos cerrados y parecía estar ausente. Se recostó sobre ella y fue besándole el cuello mientras pasaba una mano por su vientre... Y en la noche verde, rodaron por toda la llanura hasta el comienzo dle día...



Sueño soñado por MÍ, gracias a la incauta colaboración de PHALBIX ( you know...) ( love you )


Lav.