"Fortune, fame, mirror vain, gone insane, but the memory remains..."
Estoy hecha un asco. Tanto física como mentalmente. Tengo fiebre, dolor de cabeza y de garganta.
Me siento sumamente sola. "La soledad es estar rodeado de gente y pensar en quién te falta". Ya, hasta ahora me había sentido muchísimas veces sola. Sola físicamente. Sabía por lo menos que en algún lugar del mundo había un amigo/a pensando al menos por dos segundos en mí.
Me paso todo el día sola mentalmente. Y físicamente también, pero eso ya no tiene tanta importancia. No tengo con quién hablar, a quién mirar, a quién oír respirar. En esta maldita ciudad no tengo a nadie. Na-die. Casualmente, todos mis amigos viven fuera: Fal, A., A., D., C...
Es agobiante sentarte en tu mesa, con un lápiz en la mano, escuchando Metallica (pensando entonces en Cyljian, al que Metallica le gusta bastante), intentar dibujar y sentir que no hay nadie en 100 km a la redonda. Me invadió una sensación horrible. Nunca había sentido tal soledad... Es como encontrarte sola e indefensa en tu propia mente, rodeada de paredes violetas que no sabes de dónde salen e intentando convencerte a tí misma de que estas sola y sola tendrás que salir de ahí.
No sé si alguna vez habreis sentido algo igual, pero es tan sumamente agobiante que no soy capaz de levantarme de este asiento por no sentir de nuevo que mientras recorro el pasillo para ir al baño, lo estoy haciendo sola y sola tendré que volver. No es igual que vivir solo. Porque al fin y al cabo, el que vive solo algo tendrá que hacer durante el día: trabajar, estudiar, hacer la compra, buscar el correo... Es estar solo mentalmente, espiritualmente. Es pensar: "joder, estoy hecha una mierda" y no poder contarselo a nadie, porque no tienes a quién. No puedo coger el teléfono y llamar a alguien, porque no hay nadie a quién llamar. Me estoy sintiendo un poco como Vincent.
A veces echo de menos todo aquello del IRC. Antes me pasaba horas y horas en #cinefilos, jugando a las películas, hablando con todo el mundo. Sabía vida, obra y milagros de practicamente todos los que poblaban el canal. Y un día, dejé de entrar. Porque ya no me interesaba la vida de nadie, porque ya no quería jugar a las películas. Porque no quería entrar. Pero hecho de menos tener algo que hacer.
Empecé a conectar de modo enfermizo precisamente porque me sentía sola. Porque L., I. (su queridísimo-tanto-como-estupidísimo novio), P., C., N. etc no me hacían sentir acompañada, me aburría con ellos. No hablaban de nada, sólo pasaban el tiempo mirándose unos a otros y comentando quién o quién no había salido de Gran Hermano. No se podía hablar con ellos de libros, cine, música (digo música, no Ráfaga, el que cantaba algo de una lengua rota, bésame la boca o algo así, y demás engrendros y humanoides)... Y entonces entré al canal y empecé a conocer a gente muy muy maja, muy inteligente y con la que encima se podía hablar. Y echo de menos entrar, que la gente me salude, conocer a gente por IRC, hablar con ellos, desear ir a una KDD, pasar fotos... hablar con alguien... Todo era diferente. Ya sé que estaba demasiado enganchada, que pasaba de salir por quedarme en casa chateando pero... la alternativa tampoco era demasiado buena.
El día que comprendí que el IRC no era la vida real (bueno, la teoría la sabía, sólo necesitaba que algo me abriese los ojos) fue el día de la cena de fin de curso de hace dos años, cuando ví a Fal borracha sobre un banco (y un poco fumadilla), sola en medio de la plaza. Y no sé qué cojones pasó por mi mente entonces, que me dije: "Joder...esto no pasa en el IRC. Esto es la vida real". Llevo 5 años conectando.
Sólo quedan dos semanas para irme a Irlanda. Al menos cesará el aburrimiento y conoceré gente nueva. Seguro que lo paso bien...
Hasta...ahora
Estoy hecha un asco. Tanto física como mentalmente. Tengo fiebre, dolor de cabeza y de garganta.
Me siento sumamente sola. "La soledad es estar rodeado de gente y pensar en quién te falta". Ya, hasta ahora me había sentido muchísimas veces sola. Sola físicamente. Sabía por lo menos que en algún lugar del mundo había un amigo/a pensando al menos por dos segundos en mí.
Me paso todo el día sola mentalmente. Y físicamente también, pero eso ya no tiene tanta importancia. No tengo con quién hablar, a quién mirar, a quién oír respirar. En esta maldita ciudad no tengo a nadie. Na-die. Casualmente, todos mis amigos viven fuera: Fal, A., A., D., C...
Es agobiante sentarte en tu mesa, con un lápiz en la mano, escuchando Metallica (pensando entonces en Cyljian, al que Metallica le gusta bastante), intentar dibujar y sentir que no hay nadie en 100 km a la redonda. Me invadió una sensación horrible. Nunca había sentido tal soledad... Es como encontrarte sola e indefensa en tu propia mente, rodeada de paredes violetas que no sabes de dónde salen e intentando convencerte a tí misma de que estas sola y sola tendrás que salir de ahí.
No sé si alguna vez habreis sentido algo igual, pero es tan sumamente agobiante que no soy capaz de levantarme de este asiento por no sentir de nuevo que mientras recorro el pasillo para ir al baño, lo estoy haciendo sola y sola tendré que volver. No es igual que vivir solo. Porque al fin y al cabo, el que vive solo algo tendrá que hacer durante el día: trabajar, estudiar, hacer la compra, buscar el correo... Es estar solo mentalmente, espiritualmente. Es pensar: "joder, estoy hecha una mierda" y no poder contarselo a nadie, porque no tienes a quién. No puedo coger el teléfono y llamar a alguien, porque no hay nadie a quién llamar. Me estoy sintiendo un poco como Vincent.
A veces echo de menos todo aquello del IRC. Antes me pasaba horas y horas en #cinefilos, jugando a las películas, hablando con todo el mundo. Sabía vida, obra y milagros de practicamente todos los que poblaban el canal. Y un día, dejé de entrar. Porque ya no me interesaba la vida de nadie, porque ya no quería jugar a las películas. Porque no quería entrar. Pero hecho de menos tener algo que hacer.
Empecé a conectar de modo enfermizo precisamente porque me sentía sola. Porque L., I. (su queridísimo-tanto-como-estupidísimo novio), P., C., N. etc no me hacían sentir acompañada, me aburría con ellos. No hablaban de nada, sólo pasaban el tiempo mirándose unos a otros y comentando quién o quién no había salido de Gran Hermano. No se podía hablar con ellos de libros, cine, música (digo música, no Ráfaga, el que cantaba algo de una lengua rota, bésame la boca o algo así, y demás engrendros y humanoides)... Y entonces entré al canal y empecé a conocer a gente muy muy maja, muy inteligente y con la que encima se podía hablar. Y echo de menos entrar, que la gente me salude, conocer a gente por IRC, hablar con ellos, desear ir a una KDD, pasar fotos... hablar con alguien... Todo era diferente. Ya sé que estaba demasiado enganchada, que pasaba de salir por quedarme en casa chateando pero... la alternativa tampoco era demasiado buena.
El día que comprendí que el IRC no era la vida real (bueno, la teoría la sabía, sólo necesitaba que algo me abriese los ojos) fue el día de la cena de fin de curso de hace dos años, cuando ví a Fal borracha sobre un banco (y un poco fumadilla), sola en medio de la plaza. Y no sé qué cojones pasó por mi mente entonces, que me dije: "Joder...esto no pasa en el IRC. Esto es la vida real". Llevo 5 años conectando.
Sólo quedan dos semanas para irme a Irlanda. Al menos cesará el aburrimiento y conoceré gente nueva. Seguro que lo paso bien...
Hasta...ahora
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