LO MÁS GRANDE QUE TE PUEDE SUCEDER ES QUE AMES Y SEAS CORRESPONDIDO

Es lo que me pasa con los musicales. Que me encantan. Y no puedo dejar de querer ser Satine, o Sally Bowles, o Roxie.

Me ha gustado Mouline Rouge. Me ha gustado tanto que pienso que no podré vivir más sin corsés, cancanes, sin la noche, sin la música, sin el baile y sin el París bohemio de principios de siglo XX. Es tal y como esperaba. Me gusta la dirección, las interpretaciones, el modo histérico-amanerado de los personajes masculinos y el de putilla-warra-con-sentimiento de los femeninos. Me gustó el color, la música y el exceso girando al rededor de Satine.

Se ha producido un hecho histórico: he llorado con una película. La última vez que lo hice fue con El diario de Bridget Jones, después de haberla visto 3 veces. Aunque he de alegar en mi defensa que aquel día estaba muy sensible y sólo se resbaló una lagrimilla de mielda. Eso no es llorar. Llorar fue lo que hice ayer. Desde que Satine cree que Christian es el duque, hasta el final de la película. Llorando cual magdalena v_v . Jo.

Estoy sufriendo una crisis posteadora. No tengo ganas de escribir nada, o mejor dicho, no tengo nada que escribir. No quiero recurrir a contar mi vida privada, y muchísimo menos a dar detalles estúpidos: que si hoy comí esto, que si hoy me rasqué la oreja... porque, a parte de parecerme ridículo, eso no es escribir. No quiero hacer de esto un diario. No quiero recurrir a hablar de la boda del señor ese con la muchacha aquella. Ni tampoco a hablar en clave. Así que me tiro años sin decir nada, pensando de qué coño voy a hablar.

Y ahora mismo, lo único que se le ocurre decir a mi mente enajenada por Moulin Rouge, mientras mis neuronas bailan borrachas con cancanes rosas y negros (y qué piernas que tienen las cabronas), es que nunca os encaraméis a un balcón y toquéis la ocarina, porque yo lo hice cuando era pequeña y todo el mundo se quedó mirando hacia arriba. Qué vergüenza.