Laverne

Cada uno es como es y bastante desgracia tiene...

lunes, enero 26, 2004

QUE SÍ, QUE NO, QUE PUEDE



-Hola señora enfermera.
-Hola, el pis allí, tú aquí, tu puño cerrado, aguja en vena, sacando sangre.
-¿Me puedes dar un poco de sangre?
-¿Para qué la quieres?
-Fetichismo
-Pues vale, un tubito más que te saco. Y lleva anticoagulante.
-Muchas, muchas, muchísimas gracias.

Ya la he regalado a un ser vampírico y necesitado.

::+::


Veamos. Me voy a mirar un rato el ombligo. La segunda semana de clase aparece por allí una chica estupenda sin pelo en ningún lado. Evidentemente la tía había recibido quimioterapia. Pues por mí como si recibe la Venca todos los meses. Hablamos y tal y no volvió a aparecer.

Ni siquiera recuerdo su nombre. Faltó a clase hasta, casualmente, la semana pasada, a una de empezar los examenes: "Oye... que me podías prestar los apuntes de todo el curso...". Soy la típica pringada que deja los apuntes a todo el mundo, y todo el mundo me los jode. Lo último ha sido macanudo: una tía me los ha pasado por debajo de la rueda de un coche. Y sólo una hoja: toda arrugada y con las huellas en una esquina. No sé si se trata de un ritual satánico o una necesidad imperiosa de atropellar las páginas "15" de apuntes ajenos.

El caso es que no conozco prácticamente de nada a la muchacha esta, y desde luego me toca las narices que venga precisamente ahora y con todo el rostro del mundo me pida los apuntes (mis apuntes, escritos con el sudor de mi bolígrafo sobre la piel de mis folios, perdiendo horas y horas de pensar en vacas mugiendo por ir a clase y atender al imbécil de economía. Mis apuntes clasificados, grapados y bien conservados en almíbar).

Claro. Una persona normal como yo y como usted se preguntaría: ¿Qué cojones hago?
Estoy segura de que la tía no dejó de venir a clase por problemas de salud, sino porque no le salió de los cojones. A. me ha dicho que compartieron instituto y la chica en cuestión lleva 5 años sin cabello. De hecho sé que el curso pasado lo hizo perfectamente: ella misma me lo ha dicho. Pero claro, siempre se pregunta una: ¿Debería dejárselos y quedar como una pringada? ¿Debería negarme? ¿Y si faltó por cuestiones de salud? ¿Y si estuvo de farra y se aprovecha de mi trabajo?

Todo el mundo me ha dicho: "No-hagas-discriminación-positiva. Si fuese otra tía no se los dejarías".

Total, que hoy mismo fui dos minutos a la biblioteca y la tía ya estaba diciéndole a M. "¿Te acuerdas de mí? Mira, es que tu compañera no me quiere dejar los apuntes de economía, ¿me los dejas tú?". M. también se ha negado.

Quiero opiniones y un Colin en mi cama cuando vuelva a mi cuarto (/me cruza los dedos...)