CUANDO SEAS PADRE, COMERÁS HUEVOS

But, oh, what a wonderful feeling
Just to know that you are near,
Sets my a heart a-reeling
From my toes up to my ears.

Creo que ya comenté un día (tengo mala memoria y no vuelvo a leerme una vez he posteado, lo detesto, me siento ridícula) que unos tipos en la calle me llamaron "Hija de Satán", así, por las buenas, cuando lo último que parezco (bueno, lo último último no) es una gótica del tres al cuarto.

Pero lo peor que se puede hacer en este mundo es pintarse las uñas de negro e ir a misa. Ya se sabe: una se pinta las uñas de negro mientras ve una serie ridícula de televisión, y se va a una aldea. Porque sí.
Y cuando vas a una aldea, las probabilidades de que haya muerto alguien o se celebre una misa por el cabo de año de algun individuo son muy altas. Y tú tienes que ir. Que sí, porque sí. Porque nadie te deja estar en su casa por si robas o algo. Qué sé yo. El caso es que hay que ir.

Y tú te metes en una iglesia choza con cuatro latas para sentarse, llena de representaciones de la Virgen de las Ampurias, y retratos de individuos con números romanos por todas partes, y un altar sin Cristo ni nada. Y es entonces cuando los vecinos detectan presencia extraña: todos se vuelven hacia tí con un ojo más abierto que otro, intentando captar tu olor corporal para saber si eres uno de ellos.

No, no les molas, no señor. No sabes qué hay que decir en misa, si hay que levantarse ahora (todavía no comprendo por qué unos se levantan, otros no, ahora sí, ahora no, ahora uno se arrodilla, aquel no...) o agacharse después, si rezar un padrenuestro o dar la paz. Empiezas a escuchar murmullos: "¿Esa de quién es? ¿De quién viene siendo?". Y ya, cuando se han dado cuenta de que llevas las uñas pintadas de negro, empiezan a acusarte con la mirada de hereje, puta, bruja y marrana.

Hasta que todos los Santos y Santas y curas te miran con ojos rojos que lanzan rayos quemapersonas y te escupen ácido a la cara e intentan dispararte con las escobas y te lanzan el cesto de las limosnas y todas las monedas te dan con el canto y tu huyes de la iglesa y te metes en aquella nave espacial y te largas.