Laverne

Cada uno es como es y bastante desgracia tiene...

domingo, abril 18, 2004

LA INDOMABLE FURIA SALVAJE



La asombrosa científica Mariló G. ha terminado su último estudio y la conclusión es clara: las paredes son como un muro duro.

Era una noche oscura, negra. Un ejemplar salvaje de Laverne Threepwood descansa en su lecho, que parece eterno. El animal retoza esperando encontrar a derecha e izquierda el infinito, y cuando gira hacia la derecha su frente se encuentra con el peor de los enemigos: una pared blanca. De yeso. Con gotelé. Y el gotelé se le clava en la carne. Esta especie es particularmente gilipollas y en un veloz movimiento de autodefensa golpea con su rodilla en la pared, intentando empujarla. Pero no se mueve.

La pared, viendo que este ejemplar no tiene carne suficiente para alimentar a su camada, desiste en su ataque y la Laverne, herida, se esconde bajo su almohada intentando conciliar el sueño.